La sostenibilidad medioambiental se consigue con pequeños gestos diarios. Muchas veces la sociedad cree que no contaminar es más complicado que hacerlo en un sistema capitalista que busca la productividad 24/7 y el consumo constante. En realidad, es posible llevar a cabo algunas prácticas diarias que contribuyen a la protección del Medio Ambiente sin esfuerzo. Desde RoigSat te explicamos un ejemplo: La dieta flexitariana que comporta algunos beneficios para el medio ambiente. Recuerda que nuestros servicios de mantenimiento e instalación de calderas y aires acondicionados son respetuosos medioambientalmente y cuentan con los certificados ISO oficiales. Si necesitas pedir cita, lo puedes hacer online desde aquí.
Dieta flexitariana: Beneficios y sostenibilidad alimentaria
En los últimos años dietas como la vegana, vegetariana o flexitariana se han popularizado hasta el punto de que la industria alimentaria ha detectado un nicho importante en el mercado y ya se comercializan productos procesados y ultra proceados dirigidos a este target en concreto. Las cosas veggie y las dietas alternativas están de moda, pero no solo esto, su popularización está ayudando a la sostenibilidad del planeta, ya que promueven el consumo de alimentos frescos y de proximidad.
La dieta flexitariana es la que más se adecua a la forma de alimentarnos en zonas mediterráneas como la nuestra y es la menos restrictiva (se pueden comer lácteos, huevos, miel y otros alimentos de origen animal). Esto la convierte en la opción más completa y sostenible para todos aquellos que quieren cuidar el planeta sin renunciar al consumo de carne y otros derivados animales. La diferencia con la tradicional dieta omnívora es que la flexitariana prioriza el consumo de frutas, verduras, huevos y legumbres frente a la carne y el pescadoz. ¿Qué beneficios comporta al medio ambiente?
- Se podrían reducir un 30% de los gases de efecto invernadero.
- Bajar un 46% la pérdida de vida silvestre.
- Disminuir un 40% el uso de la tierra destinada a la agricultura.
Esta dieta permite apostar por la ganadería y agricultura extensiva, que se centra en aprovechar los recursos naturales del entorno. Eliminando de la ecuación las macro granjas (necesarias para alcanzar una demanda creciente de consumo de carne) y los cultivos intensivos, priorizando los productos de temporada y proximidad se mejora la sostenibilidad ambiental.
